Hoy quiero destacar a un colegio. Un colegio en el que se aprecia mucho el ajedrez. Tanto, que es la base del ajedrez capitalino. El AMPA del centro se vuelca con esta actividad y tanto padres, madres y alumnos responden.
20 niños y niñas componen un módulo de ajedrez en el que la competición no es lo principal. Hay de todo, a los que les gusta jugar con el reloj, a los que les gusta ganarle siempre al mismo, a los que les gusta observar como juegan los demás, a los que les encanta escuchar la explicación del profesor... pero sobre todo, a todos ellos, les encanta el ajedrez.
El gran trabajo que ha hecho Paco Vílchez en este colegio recoge sus frutos y yo tomo el testigo de intentar, no sólo a desarrollar sus habilidades ajedrecísticas, sino también las humanas y en cierta medida, las intelectuales. Lo mejor de todo es que son un grupo fantástico, dónde nunca importó el elevado número de personas, ni la diferencia de edad, ni tan siquiera la diferencia de nivel de juego: todos se respetan y se apoyan.
Con tan buenas premisas, no se hacen esperar los resultados. Así, por primera vez compitiendo el centro con nombre propio, han conquistado una tercera plaza por equipos en el III Circuito Escolar de Ajedrez (PIRD). Tarea enormemente difícil, sobre todo por la categoría en la que se produce (benjamín) con rivales muy duros. Cabe destacar que han obtenido mejores resultados que colegios que tienen el ajedrez en un pedestal, tales como el SEK, Agave o Saladares.
Sin duda, enorme futuro les espera a estas jóvenes estrellas y confío en que el ajedrez sea algo más que un simple juego en sus vidas.
FELICIDADES CAMPEONES.